Pussy Riot una de las entrevistas más importantes de El Hormiguero

Pussy Riot una de las entrevistas más importantes de El Hormiguero

Activistas, fugitivas y banda de punk a partes iguales. Masha Aliójina y Olga Borisova, integrantes de Pussy Riot, visitaron anoche El Hormiguero y obligaron a Pablo Motos a canalizar su versión más seria y profesional, al menos hasta la aparición diaria de las hormigas Trancas y Barrancas, en una de las entrevistas más crudas e importantes que se le recuerdan.

El presentador valenciano presentó a Masha y Olga como «dos heroínas que han plantado cara al mismísimo Putin», y no le falta razón. Desde que las Pussy Riot irrumpieron en la Catedral de Cristo Salvador en Moscú en 2012 para denunciar el apoyo de la iglesia a Putin en las elecciones, estas activistas han aguantado infinidad de arrestos y malos tratos en su intento de hacer ver al mundo los problemas del régimen de Vladimir Putin. Anoche visitaron El Hormiguero a raíz de ser unas de las ganadoras del premio Alan Turin LGTBIQ+ Award, que se celebra en Tenerife el 16 de junio. Además, habrá actuación de las Pussy Riot el día siguiente a la entrega de premios, el 17 de junio.

Motos aprovechó el shock value de la situación y, tras esta respuesta, sacó la bandera arcoíris de debajo de la mesa y preguntó: «¿Qué pasaría si un presentador hace esto en Rusia?». Ninguna de las dos invitadas se lo pensó y respondieron que «te meterían en la cárcel» y que «serías despedido de la tele». También matizaron que «no te meten en la cárcel directamente por ser gay, simplemente buscan otras excusas». Por desgracia, esta dura realidad no tiene comparación con la realidad que viven los integrantes de la comunidad LGTBIQ+ en Chechenia, la cual también denunciaron anoche las Pussy Riot: «En Chechenia si eres lesbiana o gay te matan directamente». Aliójina recomendó el documental ‘Bienvenidos a Chechenia’, de 2020, para saber más sobre las detenciones, torturas y ejecuciones que sufren los chechenos que pertenecen a la comunidad LGTBIQ+.

Masha y Olga también hablaron sobre su experiencia en prisiones rusas, descritas como «sistemas de tipo gulag» y «básicamente, un campamento de trabajos forzados», y sobre algunas veces en las que consiguieron evadirse del gobierno ruso. De forma célebre, se centraron en el arresto de Masha del pasado mayo y en su posterior escapada de Rusia disfrazada con un traje de repartidora. Pablo Motos simplemente preguntó: «¿Cómo lo hiciste?». Y Masha contestó que siempre utilizan muchos disfraces en Pussy Riot, seguido de una de las mejores anécdotas de la velada: «Una vez, para escaparnos de un piso que estaba rodeado por la policía, me metí dentro de una maleta y mis amigos se disfrazaron de pareja que se iba de vacaciones a Turquía, y me llevaban a mí en la maleta».

Y sí, también contó la historia de cómo dejó Rusia en mayo: «Mi novia compró el disfraz mientras yo estaba en la cárcel, porque el piso siempre estaba rodeado por la policía. Se lo compró en el Ebay ruso y funcionó perfectamente. Cuando me vi en una situación similar, me puse el uniforme, salí del piso y empecé mi viaje a la frontera, que es otra historia muy interesante también».

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